30-03-2008
El papel ampliado del Parlamento Europeo según el Tratado de Lisboa
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Uno de los planteamientos del Tratado de Lisboa que nos tocan más de cerca como ciudadanos de la Unión es el papel ampliado del Parlamento Europeo que dispone el documento. Es la única institución para la cual elegimos a nuestros representantes en forma directa. Y en 2009 se celebrarán nuevas elecciones al Parlamento Europeo. De los diputados que elijamos el próximo año dependerán muchas más cosas que en la actualidad. Será éste el tema de nuestro programa de hoy.
Pero ante todo, aclaremos qué es el Tratado de Lisboa. Hemos pedido un breve comentario al Prof. Dr. Orlin Borisov, catedrático de Derecho Público Internacional y Derecho de la Unión Europea en la Universidad Central de Sofía.
El Tratado de Lisboa consta de dos textos, señala Orlin Borisov. El Tratado de Lisboa modifica el Tratado de la Unión Europea llamado Tratado de Maastricht, introduciendo 65 enmiendas y novedades. El segundo texto introduce novedades en el Tratado de la Comunidad Europea, llamado también Tratado de Roma, en virtud del cual se creaba primero la Comunidad Económica Europea y luego la Comunidad Europea. Es decir, que estas modificaciones son relevantes no tanto para el Parlamento Europeo sino más bien para la propia Unión Europea. En todo el texto del documento, al cual se hicieron 295 enmiendas, el término Comunidad Europea fue sustituido por el de Unión Europea. Y el propio Tratado, en lugar de llamarse Tratado para la fundación de la Comunidad Europea, pasó a denominarse Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. En este sentido, ya sincroniza las acciones de las diversas instituciones, incluso las del Parlamento Europeo, proclamando que el Parlamento Europeo será el órgano más representativo y más democrático de los países comunitarios, puesto que éstos están representados en él mediante elecciones directas, introducidas ya en 1974.
El proceso de ratificación del Tratado de Lisboa ya está en marcha. Bulgaria lo ratificó hace pocos días. Nos comunicamos por teléfono con el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poetterng y le pedimos que comente qué expectativas alberga respecto del Parlamento Europeo, una vez que el Tratado entre en vigor el 1 de enero de 2009.
Permítanme ante todo felicitar al Parlamento búlgaro por haber ratificado el Tratado de Lisboa por tan impresionante mayoría, manifestó Poettering. De este modo, la Asamblea Nacional de vuestro país demostró que Bulgaria tiene una actitud sumamente positiva hacia la unificación de Europa. Para el Parlamento Europeo, el tratado de reformas de la Unión Europea es un paso muy importante hacia adelante, puesto que el Parlamento recibe facultades legislativas casi iguales a las que tiene el Consejo de la Unión Europea. Las primeras elecciones al Parlamento Europeo se celebraron en 1979 y desde entonces hasta hoy, sin interrupción alguna, yo soy diputado europeo, como lo son 5 colegas más. En 1979, no teníamos casi ninguna facultad legislativa. Por el Tratado de Lisboa, que votamos el año pasado, el Parlamento Europeo adquiere el derecho de tomar decisiones legislativas en casi todas las esferas, lo cual a mi juicio es una evolución muy positiva.
Esto quiere decir que el Tratado de Lisboa asegurará a la Unión Europea más democracia, parlamentarismo y flexibilidad en la toma de decisiones, lo cual es el deseo de todos nosotros. ¿En qué se traduce concretamente el fortalecimiento de los principios democráticos en el trabajo del Parlamento Europeo?
Su expresión concreta son las facultades ampliadas del Parlamento Europeo de tomar decisiones sobre problemas que revisten particular importancia para la gente, señala Hans-Gert Poettering. Tales son, por ejemplo, los problemas de la seguridad, la política migratoria, el derecho al asilo, entre otros. Los diputados europeos hemos sido elegidos directamente y mantenemos un contacto directo con nuestros electores. Es decir, que siempre estamos al corriente de lo que les preocupa, de sus expectativas concretas, y podemos incorporarlas a nuestra labor. Las reformas de la Unión Europea significan más democracia y más parlamentarismo.
Los ciudadanos europeos, y los búlgaros entre ellos, nos preguntamos de qué manera podemos influir en la toma de decisiones por el Parlamento Europeo.
Esto se puede realizar de varias maneras, expresa Orlin Borisov. La primera y más accesible es mediante los eurodiputados que hemos elegido. Ustedes saben que Bulgaria está dividida en 18 distritos. Mediante los eurodiputados que hemos elegido, nosotros formulamos sugerencias que apuntan a mejorar nuestra vida. El Parlamento Europeo es la voz del pueblo de la Unión Europea. La segunda manera la introduce el Tratado de Lisboa. Este establece la regla de que si un millón de personas de la población de uno o varios países lo desea, puede presentar directamente en las comisiones del Parlamento Europeo un proyecto de ley europea. Hasta ahora, no existía semejante regla.
En virtud del Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo recibirá mayores prerrogativas y se convertirá en legislador en pie de igualdad con el Consejo Europeo con respecto a casi todas las leyes europeas. El Consejo es la principal institución facultada para tomar decisiones en el marco de la Unión. Lo conforman representantes de cada uno de los países comunitarios, a nivel de ministros. Dicho de otro modo, la legislación europea, con muy pocas excepciones, será sometida a una doble aprobación ejercida en pie de igualdad por el Consejo y por el Parlamento Europeo. Esto es particularmente relevante desde el punto de vista del hecho de que los eurodiputados son elegidos por votación directa.
¿De qué manera incidirá el Tratado de Lisboa en el trabajo del Parlamento Europeo? Hemos formulado la pregunta a Enrique Barón Crespo, ex presidente del Parlamento Europeo y actual diputado europeo.
El documento nos facilitará un mayor campo de acción, porque elevará de 35 a 85 las áreas en que vamos a aprobar leyes conjuntamente con el Consejo, dice Enrique Barón. Veremos incrementadas considerablemente nuestras facultades en las esferas legislativa y presupuestaria. El Parlamento está preparado para asumir estos poderes y poder ejercer mayor control sobre la Comisión Europea, que será más democrática, y tendremos mayores prerrogativas también para elegirla.
Como cualquier cosa en este mundo, el Tratado de Lisboa tiene sus defensores y sus oponentes. Franck Biancheri, presidente del movimiento Newropeans, con partidarios en varios países comunitarios, es de quienes desaprueban el Tratado. Hablando a Radio Bulgaria, explicó:
El Tratado de Lisboa no es capaz de resolver el principal problema de la Unión Europea, que es la falta de confianza de parte de los ciudadanos en las instituciones europeas y sus dirigentes. El método por el que se ha optado para ratificarlo ha eliminado la posibilidad de celebrar un referéndum. El objetivo era conceder prioridad a su ratificación parlamentaria. En realidad, este método se interpreta por la gente de Europa como una manera de soslayar la posibilidad de que el ciudadano pueda expresar a título individual la opinión que le vale este Tratado. De modo que el método lo que hace en realidad es profundizar la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones europeas y sus dirigentes. Nosotros creemos que la única manera de poner fin a los recelos de los electores y recuperar su confianza en el Parlamento Europeo es creando movimientos políticos transeuropeos que tengan su propia visión del futuro de la Unión Europea, sean de izquierda, de centro o de derecha, y que recojan las convicciones de los ciudadanos, sean éstos de Bulgaria, España, Francia, Inglaterra, etc. El problema del momento es que cada uno ha centrado su atención en su propio país y en realidad no se realizan elecciones europeas al Parlamento Europeo sino algo como 27 elecciones nacionales al mismo tiempo. Como resultado de ello, los ciudadanos de cada uno de los países pierden interés por las elecciones al Parlamento Europeo, que les recuerdan sus propias elecciones nacionales. Además, resulta que durante las elecciones al Parlamento Europeo se habla de todo, menos de Europa. De ahí esta falta de confianza e interés por el Parlamento Europeo.
Es un hecho bien conocido que tanto en los países comunitarios de reciente adhesión como en los veteranos, la gente no se interesa mucho por el Parlamento Europeo. ¿Cómo entonces se le puede convencer a que vaya a votar, cómo se puede ganar su confianza?
Bueno, algunos se interesan, otros no. La vida es así, contesta Enrique Barón. Juzgando por las encuestas sociológicas realizadas en los países miembros de la Unión Europea, resulta que el Parlamento Europeo es la institución más respetada por la población de los 27 países comunitarios. De modo que es de suma necesidad buscar la solución a los problemas con que tropiezan los ciudadanos: en el campo de la economía, en su vida cotidiana, etc. Y explicarles con claridad qué medidas concretas estamos tomando para superar esos problemas. Desde luego, no es fácil, y por eso confiamos en la ayuda de los medios de comunicación. Pero creo que si tomamos las decisiones correctas, la gente nos respaldará. Así que nuestra labor es una especie de combinación de acciones políticas con trabajo explicativo entre la gente. En realidad, el Parlamento es una «casa de cristal». Trabajamos al descubierto, en condiciones de transparencia, pero lo cierto es que debemos perfeccionar nuestras habilidades comunicativas. Por lo demás, esto no es válido sólo del Parlamento Europeo, sino de los partidos políticos, de la sociedad civil en su totalidad, incluidos los medios de comunicación. Debemos mancomunar nuestros esfuerzos en esta dirección.
Les voy a contestar con una broma y luego seguiré con más seriedad, dice Frank Biancheri. Si cada cinco años a Ud. le instaran a que fuera a ver una película en que no hay acción, falta intriga, no hay sexo ni sorpresas, Ud. iría una vez, se convencería de que esa película no le gusta y ya no iría a verla nunca más. El problema de las actuales elecciones al Parlamento Europeo es que la gente se da cuenta de que cada vez se trata de lo mismo, que faltan debates, no hay apuesta, no hay visiones que se confronten. Y como resultado de ello, estas elecciones no le importan a la gente. La única manera de lograr que las elecciones atraigan su atención es poner en ellas lo que en realidad le da sentido a la política, es decir, una confrontación de las diferentes visiones sobre el futuro de la Europa unida. Si existieran partidos políticos transeuropeos, habrían confrontado su concepción del futuro de Europa; por ejemplo, si Europa debe estar más vinculada a los EEUU o bien debe ser más independiente a escala mundial, si debe adoptar una posición más dura hacia Rusia o emplearse más a fondo en temas como el calentamiento global, el desarrollo del planeta, etc. Esto hará que la gente vuelva a acudir a las urnas en las elecciones al Parlamento Europeo.
En cuanto a Bulgaria, que es uno de los miembros recientes de la Unión Europea y en que la gente aún no tiene muchos conocimientos sobre las instituciones europeas, ¿quién debe cargar con la responsabilidad de que los ciudadanos conozcan mejor el trabajo del Parlamento Europeo?
A mi juicio ya es hora de que en Bulgaria se organicen programas especiales, por la radio, la televisión, en la prensa, que no se encarguen sólo de dar a conocer la labor del Parlamento Europeo tal cual, porque esto se hace incluso ahora, pero se hace de una manera incomprensible para el hombre de la calle, en un lenguaje demasiado sofisticado, manifiesta el Prof. Orlin Borisov. El hombre de a pie no puede comprender la esencia de las cosas. Hace algún tiempo, en una conferencia se planteó el problema de cómo el Tratado de Lisboa podía llegar a ser comprensible para el pueblo. Yo dije entonces que el Tratado de Lisboa no puede llegar a ser más comprensible para el pueblo de lo que es, puesto que está redactado en un lenguaje jurídico, y éste es un lenguaje formal que entienden sólo los juristas. Y por tanto, deben ser los juristas los que expliquen a la gente la esencia del Tratado.
El año que viene habrá nuevas elecciones al Parlamento Europeo. La intención de voto, sobre todo en los países comunitarios de reciente adhesión, no es muy alta. ¿Qué les diría Hans-Gert Poettering a los ciudadanos europeos para convencerlos a acudir a las urnas en 2009?
Efectivamente, la intención de voto no es alta. Lamentablemente, esto es válido también de los comicios nacionales y municipales, señala el presidente del Parlamento Europeo. En cuanto a las elecciones al Parlamento Europeo, debemos explicar a nuestros electores con suficiente precisión que hoy día, el Parlamento Europeo tiene mucho más poder de cambiar nuestra vida, que tiene mayor influencia en la política. Por esto, merece la pena que uno elija a su representante al Parlamento. Esta campaña explicativa no puede ser realizada sólo por los diputados. Necesitamos el apoyo de los medios de comunicación: de la radio, la televisión, la prensa. Espero que esta entrevista contribuya a acercar el Parlamento Europeo a los ciudadanos de Europa.
Esperamos haber aportado con este programa mayor claridad en cuanto a las futuras facultades del Parlamento Europeo. Esto significa también mayores posibilidades de influencia para nosotros, los ciudadanos europeos. Por eso les exhortamos a Uds. a tener una postura activa respecto de los problemas que hemos planteado. Sus preguntas, propuestas y comentarios son bienvenidos, sea por carta, por teléfono o a nuestra dirección electrónica. Para mayores detalles, vean la nueva página web: http://parliament.europe.bg. Este programa se emite por Radio Bulgaria, RFI de Rumanía y la Yvelines Radio, de Francia, socios mediáticos en el proyecto titulado Hoy, interactuando con el Parlamento Europeo, que está siendo realizado por el Instituto Europeo, el Centro de Modernización de Políticas y el portal EVROPA.
Elena Karkalanova, Veneta Nikolova y Vesela Vladkova
Versión en español de Venceslav Nikólov.